EL ESPEJO DE SAUTET  

  EL ESPEJO DE SAUTET  

Esta gran película de Claude Sautet que voy a comentar hoy la vi por primera vez en unas condiciones muy diferentes a las que ahora la he vuelto a disfrutar: con otro nombre, la traducción literal del título original, “Vicente, Francisco, Pablo y los otros”;  en un país muy lejano de España, Cuba y a una edad en la que apenas rebasaba los veinte años.  ¿Cómo es posible que a un joven casi imberbe, como lo era yo entonces, le hubiese impactado tanto una película que trataba sobre los problemas cotidianos de un grupo de amigos, maduros, casados y que vivían en una sociedad tan diferente a la cubana? Pues entonces,  y ahora, la conclusión ha sido  la misma: porque es una película sobre la vida, sobre cómo somos y cómo nos comportamos en nuestro día a día; una radiografía de nuestras buenas y nuestras malas acciones; de nuestras fidelidades, de nuestros errores, de nuestras frustraciones.

Decía Truffaut –otro de los grandes del cine francés-, que conocía muy bien a Sautet, que este era el hombre menos frívolo que había conocido. Y eso se nota no sólo en esta película sino en todos los filmes que dirigió Sautet a partir de “Las Cosas de la Vida”, donde comenzó su productiva colaboración con el guionista Jean-Loup Dabadie.  “La vida es dura”, me decía con mucha frecuencia un viejo amigo que, aparentemente, tenía una vida feliz; y las historias personales de estos tres amigos, sus mujeres y los otros lo confirman de una forma tan auténtica que uno no puede evitar verse reflejado, de una forma u otra, en ellos.

Es conveniente aclarar también que estas son unas historias contadas desde una perspectiva masculina –y, por favor, no confundir esto con machismo-, estoy seguro de que este enfoque fue una decisión  deliberada de Sautet y Dabadie que ya tenían en proceso de gestación un filme que, desde el  punto de vista femenino,   es el complemento perfecto para esta que hoy nos ocupa y que se concretó, pocos años después, en  “Una Vida de Mujer”, protagonizada por la siempre recordada Romy Schneider.

TRES AMIGOS, SUS MUJERES…, Y LOS OTROS (1974), nos narra el día a día de una convulsa etapa de la vida de tres viejos amigos. El primero de ellos, Vincent, representado por un soberbio Yves Montand, es un empresario en pleno proceso de quiebra, separado de su esposa y con una joven amante, Marie, que también decide romper con él; el segundo, François,  de quien se encarga el siempre efectivo Michel Piccoli, es  un médico exitoso, codicioso, que sabe que su hermosa mujer, Lucie, lo engaña y él no quiere admitir por qué lo hace; el tercero, Paul, interpretado por otro actor clásico del cine galo, Serge Reggiani, es  un escritor en dique seco, que lleva años con una novela detenida en el tiempo pero, a cambio, tiene una vida familiar estable con una mujer, Julia, que le quiere y le arropa, y cuya casa, en el campo, es el centro de la mayor parte de las reuniones del grupo de amigos.  Y hay aún un cuarto protagonista, más joven que los otros tres, Jean, con quien Vincent (el personaje de Montand), por la relación que tuvo con su padre, actúa como su mentor y que fue asignado a un entonces  prometedor joven que respondía al nombre de Gérard Depardieu. 

Las tres mujeres, a las que uno desearía que Sautet hubiese dado más minutos en pantalla, son -nada más y nada menos-: Stephane Audran (Catherine), la separada esposa de Vincent; Marie Dubois (Lucie), la infiel consorte del doctor François y la italiana Antonella Lualdi (Julia), la dulce y equilibrada mujer de Paul. La joven Catherine Allégret (Collette) es la pareja, embarazada, del obrero y boxeador, Jean.

Por lo que he adelantado hasta ahora, y sin revelar demasiados detalles, puede parecer que hablamos de un drama duro, triste…, y, por momentos,  lo es, pero, al final, lo que yo siento es una sensación –ejemplificada, sobre todo, en el líder natural del grupo,  Vincent- de que lo importante es aceptar el pasado, aprender de los errores y no dejarse vencer por el pesimismo.

Hace años, muchos años, comencé a hacer una lista de las películas que han dejado en mí  una huella imborrable y TRES AMIGOS, SUS MUJERES… Y LOS OTROS está, por supuesto, entre ellas, como también lo están otras de Claude Sautet,  las ya antes mencionadas “LAS COSAS DE LA VIDA” y “UNA VIDA DE MUJER”, a las que debo añadir “MAX Y LOS CHATARREROS” y “ELLA, YO, Y EL OTRO”. No tengan la menor duda, Sautet es uno  de los grandes y, si no le conocen, ya es hora de que disfruten de su cine. Es como vivir la vida de otros para reflexionar sobre la nuestra. No parece ficción, aunque lo sea.

Y aquí tenéis, gracias a YouTube, el tráiler original para que hagáis la primera cata:

Clic para registrarse en el Formulario de Contacto